jose marti

hemos escogido a Jose marti y lo hemos y lo hemos incoroporado en la historia dominicana por sus aportes a la literatura su gran humanismo y su dedicacion a la  cultura y el afan de llevar a su gente en sus poemas lla belleza extraordinaria y lla gran dinamica o excelente forma de expresar a traves de sus palabras y sus poemas lo indescriptible que es el amor .  En sus escritos en referencia a la guerra tuvo sus consecuencias  funestas que lo enviaron a la carcel y al exilio por apoyar apasionadamente a los revolucionarios en su afan de ; defender sus tierras y de  tratar de abolir la esclavitud de los espanoles  lo que lo llevo a 6 anos de carcel  y sentenciado por traicion y a la vez ser exiliado a Espana emigro a mexico y luego viajo a guatemala donde por sus poemas y su dedicacion a escribir pudo subsistir el exilio en santo domingo  redacto cjunto a maximogomez el manifiesto de monte cristy en el que predico la guerra sin odio y tambien su famoso poema la nina de guataemala donde Marti siendo profesor  se enamora de la hija del generalMiguel Garcia Granados llamada Crmen Zayas Bazan donde nos cuenta el estado depresivo en que se consumo este amor  de humanos en dos rumbos dificiles y en el cual el  nos dice como fue ese gran amor pasional comparandolo con una almhadilla de olor, el beso en la frente y a la comparacion con algo celestial como lo fue el beso de despedida y la nostalgia de saber que el solo sabia que ella se murio de amor




Quiero, a la sombra de un ala,
contar este cuento en flor:
la niña de Guatemala,
la que se murió de amor.

Eran de lirios los ramos;
y las orlas de reseda
y de jazmín; la enterramos
en una caja de seda;

Ella dio al desmemoriado
una almohadilla de olor;
él volvió, volvió casado;
ella se murió de amor.

Iban cargándola en andas
obispos y embajadores;
detrás iba el pueblo en tandas,
todo cargado de flores;

Ella, por volverlo a ver,
salió a verlo al mirador;
él volvió con su mujer,
ella se murió de amor.

Como de bronce candente,
al beso de despedida,
era su frente -¡la frente
que más he amado en mi vida!

Se entró de tarde en el río,
la sacó muerta el doctor;
dicen que murió de frío,
yo sé que murió de amor.

Allí, en la bóveda helada,
la pusieron en dos bancos:
besé su mano afilada,
besé sus zapatos blancos.

Callado, al oscurecer,
me llamó el enterrador;
nunca más he vuelto a ver
a la que murió de amor.




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